DÍA MUNDIAL SIN ALCOHOL – 15 de noviembre de 2015

Hoy día 15 de noviembre de 2015, me gustaría felicitar a las personas que han conseguido hacer frente al alcoholismo, a todas aquellas que luchan día a día para no volver a él y a sus familias.

El Trastorno por consumo de alcohol, se caracteriza porque la persona que consume alcohol presenta:

A. Un modelo problemático de consumo de alcohol que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo y que se manifiesta al menos por dos de los hechos siguientes en un plazo de 12 meses:

    – Se consume alcohol con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto.

    – Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de alcohol.

    – Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos.

    – Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir alcohol.

    – Consumo recurrente de alcohol que lleva al incumplimiento de los deberes
     fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.

    – Consumo continuado de alcohol a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o exacerbados por los efectos del alcohol.
    – El consumo de alcohol provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.

    – Consumo recurrente de alcohol en situaciones en las que provoca un riesgo físico.
    – Se continúa con el consumo de alcohol a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente, probablemente causado o exacerbado por el alcohol.

    – Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos: 

          * Una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
          * Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad de alcohol.

      – Abstinencia, manifestada por alguno de los siguientes hechos:

            * Presencia del síndrome de abstinencia característico del alcohol.
            * Se consume alcohol para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
        El Trastorno por consumo de alcohol tiene consecuencias a nivel físico, psicológico, social y familiar.

          – Retrasos y absentismo en el puesto de trabajo, así como empeoramiento del rendimiento laboral.

          – Pérdida de memoria, dificultad para atender y concentrarse, deterioro del juicio, pancreatitis, hipertensión, gastritis crónicas, hepatitis , cirrosis hepática,reducción de la líbido, impotencia, menopausia precoz.

          – Deterioro de las relaciones personales, familiares y sociales.
          – Celotipia, dificultad para conciliar y mantener el sueño, irascibilidad, suceptibilidad, sensación de persecución.

          – Accidentes de tráfico, entre otras.

          Si te encuentras en esta situación, es importante:

          – Pedir ayuda a la familia, profesionales en adicciones y centros especializados.

          – Evitar discutir con la persona que se encuentre bajo los efectos del alcohol, apoyarla e intentar buscar soluciones.

          – Recordar que existen tratamientos y que muchas personas consiguen superar la adicción.

          En el tratamiento del Trastorno por consumo de alcohol, es tan importante el paciente como su familia, ya que ésta es con la que convive y se relaciona, en ella se producen situaciones dolorosas, discusiones, enfados, abandonos, que pueden haber afectado a las relaciones entre los distintos miembros.

          Por lo que he comentado anteriormente, hay que apoyar al paciente, ofreciéndole información acerca del consumo problemático del alcohol y sus consecuencias, así como enseñarle estrategias que le permitan afrontar una posible recaída e identificar los pasos previos que le pueden llevar a ella, mejorando su autoconcepto, autoimagen, autoestima, así como entrenarle en la gestión de sus emociones.

          Y respecto a la familia, hay que trabajar con ella para que sea una fortaleza para el/la paciente,  ofreciéndole un espacio en el que compartir su desasosiego, deseperanza, impotencia, sufrimiento a la vez que mostrarle formas de relación saludables, desde el manejo de emociones, la comunicación asertiva, la escucha activa, la empatía.

          Por último, señalar los grupos de autoayuda, en el que personas con la misma problemática se reúnen para compartir las dificultades y  logros.

          Si te encuentras en esta situación, no dudes en perdir ayuda.

          Sólo resuelven sus problemas, aquellos que buscan soluciones.

          Lola Galeote Cobos – Psicóloga |
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